Sexología e intervención

Sexología e intervención son las dos caras de la misma moneda. La sexología es, históricamente, el momento epistemológico en el que Occidente decide, con vocación científica, intervenir sobre la sexualidad. ¿Qué significa en sentido intervenir? Intervenir significa la sutil alianza entre entender y atender. Entender rigurosamente para atender exhaustivamente. Ese “momento” tiene lugar en el tránsito del siglo XIX al XX cuando se pasa del mero “describir” la sexualidad (sea ésta normal o perversa)- tal es la pretensión de lo que Bejin califica como protosexología- a intervenir de manera activa sobre ella.

Davidson, en La aparición de la sexualidad, ha explicado el momento con una extraordinaria lucidez:

“No nació una ciencia de la sexualidad en el siglo XIX porque empezábamos a preocuparnos por nuestra verdadera sexualidad, sino que fue la aparición de una ciencia de la sexualidad la que hizo posible, incluso inevitable, que nos preocupáramos de nuestra verdadera sexualidad. De este modo, nuestra existencia se convirtió en una sexistencia empapada en las promesas y las amenazas de la sexualidad”.

Aparecer es, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, manifestarse, dejarse ver o, en otra acepción aún más explícita, darse a conocer, cobrar existencia. El texto de Davidson señala con finura analítica cómo el aparecer de la sexualidad implica una emergencia: la preocupación en torno a ella. Y desde la preocupación, siempre la necesidad de ocuparse de ella y sobre ella.

Aceptar con todas las consecuencias nuestra condición irrenunciable de seres sexistentes implica una nueva manera de acercarnos al sexo que somos. Y al sexo que, como yo y como otro, nos va construyendo y haciendo.

La sexualidad como preocupación y ocupación

Conocimiento e intervención: la sexualidad como preocupación y como ocupación. En esa doble matriz ha discurrido la sexología a lo largo del siglo XX que ha sido, como profetizó Freud, el siglo del sexo. Y desde esa doble matriz la sexología ha ido creciendo y construyéndose como un saber (o saberes) teórico-práctico. Algo que permite, en su complejidad, conjugar la fenomenología de la sexualidad con Masters y Jonhson y sus epígonos. Y que permite, también, avanzar desde una vocación integradora.

Un siglo largo después de la aparición, ya emergida, nos hallamos en el momento óptimo para aceptar que entender y atender la sexualidad son dos pliegues de un mismo fenómeno y de un punto de partida y otro de llegada. Así, poner el acento en todas las tareas de la intervención en el despliegue de los estudios sexológicos es una manera obligada de transitar por la complejidad inherente al hecho sexual humano.

En «Sexología e intervención» Marcos Sanz nos introduce en los contenidos de sus clases en el Título Experto en Sexología aplicada a la intervención social y educativa. Marcos es Doctor en Filosofía y profesor de Sociología de la Sexualidad en Incisex. Lleva formando a profesionales de Sexología durante los últimos 40 años con una constante reflexión sobre el pensamiento sexual contemporáneo.

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